No sé tú, pero hay temporadas en las que curras tanto que ni sabes ya qué estás currando.
¿Sabes lo que te digo?
Vas como en piloto automático.
Haciendo cosas todo el rato, resolviendo, entregando, respondiendo, creando…
Y al final del día, cuando por fin cierras el portátil, te preguntas:
“¿Pero qué he hecho hoy?”
Y ojo, no es que no hayas hecho cosas. Has hecho mil.
Pero no sientes que hayas avanzado.
Porque sigues en el mismo sitio.
Y si no estás en el mismo sitio, al menos tu cabeza sí.
Cansada.
Desordenada.
Con esa sensación de estar metido en algo que tú mismo has construido…
pero que no sabes muy bien cómo desmontar sin que todo se venga abajo como un castillo de naipes.
Y claro, lo piensas: “Esto no era lo que yo quería montar.”
Tú querías libertad.
Querías facturar, sí, pero también cerrar antes.
Querías tener más tiempo. Más espacio. Más calma.
Y mírate ahora: metido en mil herramientas, mil procesos, mil decisiones por tomar…
y ni siquiera sabes ya qué es imprescindible y qué estás haciendo por inercia.
A veces ni tú mismo sabes por qué sigues haciéndolas.
Y si te soy sincero… eso no es emprender. Es sobrevivir con logo.
A ver.
Yo no te voy a decir que la solución sea un funnel mágico ni que delegues el 100%.
Yo solo te digo que lo hagas de otra forma.
Que montes algo que te funcione sin dejarte seco cada mes, con un sistema que no te obligue a estar presente en cada puto paso para que las cosas funcionen.
Eso es lo que te enseño en mi newsletter a diario.
Te explico cómo diseñar un modelo que escale.
- Sin tener que montar una agencia.
- Sin contratar a nadie.
- Y sin construir un equipo de 13 personas para acabar siendo el jefe quemado que antes querías dejar de ser.
Nada de eso.
Hablo de escalar sin joderte la vida.
De sustituir carga operativa por estructura.
Horas de curro por productos digitales.
Correos a mano por automatismos simples.
Un sistema que montas una vez,
y luego… respiras.
Y ojo, no te lo digo como gurú de nada, te lo digo como tío que ha estado en el barro.
Yo también vendí uno a uno, servicios tecnológicos, que es peor.
Y sí, también pensé que si facturaba más todo se arreglaría.
Y también acabé mirando el techo a las tres de la mañana, preguntándome si esto tenía sentido.
Spoiler: sí lo tenía. Pero no así.
Por eso monté tengo esta lista de correo.
Y por eso, si ahora mismo sientes que cada mes estás repitiendo el mismo bucle agotador…
Debes apuntarte.
Por eso te digo que, si sabes que este ritmo no es sostenible…
Haz lo que toca y apúntate ahí, hazme caso:
Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.
Apúntate ahora y recibe una idea diaria para montar un negocio libre y altamente rentable que financie la vida que has elegido.