Dices que emprendes para ser libre… pero trabajas más horas que nunca.
Dices que quieres ayudar… pero apenas puedes ayudarte a ti mismo.
Dices que buscas libertad… pero has construido tu propia jaula.
Ya, ya sé que te suena.
Como también sé que no es culpa tuya.
Es culpa de todas las promesas que te vendieron:
Que si emprender te haría libre.
Que solo necesitas más seguidores.
Que lo que te falta es “mentalidad de éxito”.
Tócate los cojones.
Y ahí estás, persiguiendo la zanahoria… como si el problema fuera que no te esfuerzas suficiente.
El puto problema es que nadie te dijo la verdad.
Nadie te dijo que libertad no es hacer más.
Libertad es hacer menos.
Menos tareas sin sentido. Menos ruido.
Menos clientes que te drenan. Menos postureo.
Porque, mientras tú sigues publicando sin parar, acumulando tareas,
otros están haciendo menos… y ganando más.
Insisto:
- haciendo menos
- y ganando más.
Te digo esto porque la mayoría de emprendedores online lo que hacen es nadar en círculos.
Están ocupados, pero no avanzan.
Y sí, lo sé. No es fácil admitirlo. Porque nadie quiere aceptar que lo que ha construido se parece más a una jaula que a un negocio libre.
Yo lo sé bien, por eso te lo digo.
Pero hay algo que puedes hacer ahora mismo.
Y no, no es buscar más ideas. No es “trabajar más duro”.
Es simplificar. Es cortar el ruido. Es volver a lo esencial.
Porque la verdadera libertad no es tener más.
La verdadera libertad es poder decidir.
Es elegir decir “no” a lo que te drena y “sí” solo a lo que importa.
Solo eso. todo eso.
Insisto, sé que esto puede doler. Pero, ¿acaso no es mejor que lo hablemos que sigas engañado?
Sigue acumulando tareas si quieres. Sigue creyendo que necesitas más seguidores, más contenido, más herramientas.
O para.
Respira.
Piensa.
¿Qué pasaría si borraras todo y empezaras de cero?
Sin miedo a perder seguidores. Sin miedo a decepcionar.
En serio te lo pregunto.
¿Qué construirías? ¿Qué harías diferente?
¿Qué cambiarías si nadie te juzgara?
¿Sería algo sencillo que puedes gestionar solo?
¿Sería algo que realmente disfrutas? O solo algo que haces por dinero?
Y lo más importante: ¿Te haría feliz?
Cuéntamelo.
Porque esa es la pregunta que importa al final. No cuántos seguidores tienes, no cuánto facturas, sino si el negocio que has construido realmente te da la vida que querías.
Así que dime:
Si pudieras empezar de cero… ¿qué harías distinto? ¿Qué cambiarías? ¿Qué harías diferente si supieras que nadie te va a juzgar?
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