Hoy a las 23:59h cierro la Mentoría.
Mentoría donde hay más, bastantes más de 100 emprendedores…
Como Chema Portero, de chemaportero .com, que me dijo esto cuando entró.
Léelo bien, porque puede que te esté describiendo a ti:
“Necesito un coach. Yo soy coach, pero necesito un buen coach y sobre todo un buen mentor. Que me guíe, me oriente, haya recorrido el camino y me ayude a hacer el mío.
No es un cliché, me lo creo a pies juntillas. Y hablo de un buen negocio online. Y creo que eres la persona adecuada.
Estoy hasta los cojones de cursos, gurús, podcast, libros… no te puedo decir cuántos he leído y consumido sin aterrizar nada concreto.
El clic fue eso básicamente: deja de leer, de darle vueltas… y creo que algo que dijiste como que todos esos libros son anestesia. Eso fue.”
Y por eso entró. Sin más vueltas.
Eso, que esta medianoche cierro.
Y no es un truco.
Eso se lo dejamos a los de marketing, que cierran y luego abren otra vez en dos semanas “por si alguien se lo perdió”.
Respeto demasiado tu inteligencia para hacer subnormalidades así.
Así que cierro. Punto.
¿Y tú?
Sigues fuera.
Y está bien, naturalmente la Mentoría no es para todo el mundo.
Por ejemplo, no es para gente que se sigue mintiendo a sí misma.
No es para gente que se dice que “ahora no es el momento”.
O que “mejor en la siguiente fase”.
O que “ahora estoy a mil cosas.
Para todos esos, desde luego que no es.
Ni jamás lo será.
En todo caso, ¿sabes qué pasa cuando alguien me dice eso?
Que me acuerdo de todos los que dijeron lo mismo… y siguen igual.
Con su idea en la cabeza pero sin un puto negocio que funcione.
Y lo peor: ya ni se lo creen.
No creen que eso que tienen dentro dé para mucho.
No creen que este pueda ser el momento.
No creen que vayan a construir algo real.
Y por eso se quedan fuera.
En fin, poco más que decir hoy,
No te voy a explicar otra vez qué hay dentro de la Mentoría.
Ya lo sabes.
Ya has leído todos los emails.
Ya has entendido que aquí no se entra a consumir contenido ni a pasarte la mañana chateando en Telegram.
Aquí se viene a tomar decisiones. A construir. A tenerme al otro lado empujándote cuando te tiemblan las piernas.
¿Que te interesa? Cojonudo.
¿Que no te interesa? Cojonudo también.
En todo caso, debes decidir ahora.
Porque hoy a las 23:59h se acabó.
Y no es una pose. Puede que esto no vuelva.
Ni en semanas. Ni en meses. Ni nunca.
Como te decía ayer, me he ganado el derecho de no necesitarlo.
Y cuando quieras volver a pensarlo, igual ya no hay nada que pensar.
Y mientras tanto, los más, bastantes más de 100 que ya están dentro siguen avanzando.
Y tú te quedas otro año más con la idea en la cabeza.
Con las ganas. Y con las excusas.
Así que ya está.
Hoy eliges: construir con dirección…
O seguir acumulando razones para no empezar nunca.
Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.
Apúntate ahora y recibe una idea diaria para montar un negocio libre y altamente rentable que financie la vida que has elegido.