¿Ya sabes lo que vas a montar?
Me refiero a que si lo ves claro.
¿No?
Ostia, ¿y eso?
Ah, no, no es por eso. No es porque no tengas “nada”.
Si no porque lo tienes todo… desordenado.
Ideas no te faltan.
Pero dirección, cero.
Y claro, así no se puede avanzar.
Porque sin dirección, no hay decisión.
Y sin decisión, solo hay negocio imaginario.
Yo cuando alguien me dice: “es que no tengo ideas”, le digo:
No, lo que no tienes es criterio para elegir.
Porque ideas tienes.
Conocimientos también.
Y hasta talento, no me jodas.
Pero si no sabes cómo priorizar eso, qué dejar fuera y qué elegir para vender desde ya…
Pues ahí te quedas. En el limbo.
¿Entonces?
Pues que la solución es mucho más sencilla de lo que parece.
Hazte tres preguntas.
Ni dos, ni cuatro.
Tres:
- Pregunta 1: ¿Qué sé resolver que la gente ya busca?
- Pregunta 2: ¿Qué puedo repetir sin aburrirme a la semana?
- Pregunta 3: ¿Dónde hay una oportunidad clara de vender sin quemarme?
Punto.
La respuesta que más claro veas, esa es.
Y a correr.
Porque esto no se desbloquea con más vueltas, se desbloquea eligiendo.
Como casi todo lo importante en esta vida.
¿Y lo del evento?
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