Atiende, que esto no es un consejo de productividad.
Esto puede cambiar la forma en la que emprendes para siempre.
Mira, puedes hacer mil cosas en tu negocio… y no avanzar ni un puto metro.
Y ya, ya sé que es jodido verse reflejado en eso.
Pero eso no le quita pizca de verdad.
Me pasa a mí.
Le pasa a todo el mundo.
Te levantas, abres el portátil y ahí estás otra vez.
Saltando de una tarea a otra.
Revisando emails.
Publicando en redes.
Anotando ideas.
Todo el puto día haciendo cosas.
Y, claro, te sientes “productivo”.
Pero, ¿avanzas o solo estás ocupado?
Insisto: ¿avanzas o solo estás ocupado?
Porque hay una diferencia brutal entre estar ocupado y avanzar.
La misma que existe entre ser un ejecutor ansioso y un emprendedor libre.
Y ahí está el problema.
Te sientes «productivo» porque estás siempre haciendo.
Pero estás corriendo en círculos.
Agotado. Sin tiempo y sin claridad.
Y lo más jodido… es que empiezas a creer que así es como debe ser.
Que si no estás ocupado, es que algo va mal.
Que si no estás agotado, es que no lo estás haciendo bien.
Que si no sufres, no avanzas.
Gilipolleces.
Ser libre no es estar ocupado.
Es saber qué hacer y qué no hacer.
Es saber parar.
Es decidir.
Por eso insisto en que puedes seguir ocupándote de mil cosas.
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