No falla.
Siempre que hablo de pasta, pasa lo mismo.
Hay dos bandos:
— los que dicen “olé tus huevos”
— y los que escupen bilis
Y lo fuerte es que, cuanto más factura uno, más alegría te manda.
Y cuanto menos genera… más se cabrea.
Es de manual.
Sin ir más lejos, el otro día Marta y yo comíamos en Andorra con un gran empresario al frente de una compañía que está revolucionando el sector de la formación reglada en España.
Me refiero a un tipo que, junto con su equipo, están cambiando la forma en la que miles y miles de personas cursan grados superiores y carreras universitarias en el sector del fitness y la nutrición.
Es gente que está cambiando el mundo y que el mercado se lo recompensa facturando millones de euros año tras otro.
¿Y sabes qué me dijo al ver los números de mi pequeño negocio unipersonal?
Me dio la enhorabuena.
Se alegró.
Me animó.
Me empujó a más.
Eso es entorno.
En todo caso, otro día te cuento las grandes conversaciones que tengo con tremendos empresarios que generan abundancia allá por donde pisan.
Porque un buen entorno vale más que cualquier mastermind, hazme caso.
Y sin embargo…
Si ahora me diera por usar las RRSS infernales y subir ahí ese mismo dato… aparecerían los de siempre:
— “eso es mentira”
— “qué flipao”
— “yo también lo haría si…”
Ya sabes, la turba del “eso no se puede”.
Lo dicho, que no falla.
Te puedes imaginar dónde estarán unos y otro dentro de un año.
Bueno.
Pues va a ser que sí se puede.
Mi pequeño negocio unipersonal ha generado 10.172,47 $ en junio, con un margen operativo del 86,41% tras apenas 100 días de vida.
Y lo ha hecho
- Sin lanzamientos
- Con alta recurrencia
- Sin reuniones, redes sociales ni clientes tóxicos.
- Con tiempo, paz y libertad para lo verdaderamente importante en esta vida.
Bien.
¿Sabes por qué me expongo a compartir los números de este negocio de forma tan transparente, sabiendo la que inevitablemente me va a caer?
Pues para inspirarte joder, para qué va a ser.
Para que veas que es posible. Factible. Realizable.
Que no está tan lejos como te imaginas.
Quiero decir, si un tipo normal como yo puede, ¿me puedes decir por qué cojones tú no vas a poder?
En serio, ¿me lo puedes decir?
Porque, en mi sesgada opinión del domingo, solo necesitas dos cosas:
- Cosa 1: cojones.
- Cosa 2: entorno.
Y las dos se solucionan rodeándote de gente que ya ha recorrido el camino y esté justo dónde tú quieres estar.
Solo eso.
Todo eso.
Gente como los miles que están en mi lista privada. Te apuntas ahí abajo:
Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.
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