Motivo por el cual vendes lo que vendes (y no más).

Mira, que tú eres bueno, ya lo sabemos.

Cero dudas ahí.

El problema no es ese.

El problema es que te complicas.

Y claro… tu cliente no entiende una mierda.

Eso es algo que le pasa a la mayoría de emprendedores ahí afuera.

Están tan metidos en su cabeza, que ni se preocupan de salir de ahí y meterse en la cabeza de su cliente.

Y claro, entonces pasa lo que pasa.

Pasa que tu cliente no se entera de nada.

Ni de lo que haces.

Ni de cómo lo haces.

Ni de por qué debería comprártelo a ti y no al fulano ese de tu competencia, que todos sabemos que sabe menos pero resulta que el cabronazo vende más.

Por algo será.

Por eso muchas veces te matas a crear contenido, a currarte emails, a dejarte la garganta en llamadas…

Y aun así sientes que tu negocio no despega.

Y te lo voy a repetir las veces que haga falta, porque todavía hay quien no lo pilla.

Tú no tienes un problema ni de talento ni de esfuerzo.

Tienes un puto problema de falta de claridad.

Porque lo que tú ofreces está a medio cocer, medio traducir del limbo mental al lenguaje humano, tu cliente duda.

Y si duda no compra tanto como te gustaría.

Literal.

¿Solución?

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