Si eres alumno de Negocios Salvajemente Libres, esta tarde a las 17h tienes un email sobre lo que tú ya sabes.
Sobre CAGJ.
A las 17h en tu bandeja de entrada.
Bien.
Hoy domingo tocaría #BuildInPublic, pero no te voy a contar nada nuevo.
Por ahora.
Lo que sí quiero es que sepas una cosa.
Algo que lo mismo te deja con la mosca detrás de la oreja…
Desde el rotundo éxito de NSL, ando construyendo algo que todavía no he abierto.
Algo que, naturalmente, por ahora solo estoy contando a mis alumnos.
Algo que, ya te lo adelanto, no es un curso de esos que no terminas, no es una plataforma de contenidos para entretenerte y no es una comunidad con 500 notificaciones diarias que te roban foco y energía
Es otra cosa.
Una cosa que yo habría matado por tener en el 17.
No te lo digo con nostalgia dramática.
Te lo digo con esa mezcla rara entre rabia y determinación que aparece cuando miras atrás y te das cuenta de todo lo que podrías haber hecho distinto, qué decisiones hubieras tomado… si hubieras tenido un poco más de dirección. Un poco más de foco. Un poco de alguien al lado.
Y no, no estoy exagerando.
Hablo de esas decisiones que, si las tomas acompañado y con foco, lo cambian absolutamente todo.
Y si no… pues bueno.
Ya sabes lo que pasa: te lías, te dispersas, y te pasas otro mes moviendo piezas sin saber si estás montando algo que tiene sentido…
…o simplemente estás esquivando lo que sabes que ya toca enfrentar.
A veces me pregunto cuántas decisiones habría tomado de otra manera si alguien me hubiera acompañado de verdad.
Bueno, como te decía, no te voy a contar más por ahora. No toca.
(Si eres alumno, sí. A las 17h tienes un email).
Solo te digo que si te has sentido últimamente en esa fase de…
— “Sé que puedo, pero no doy con la forma.”
— “Estoy currando un huevo, pero sigo en el mismo punto.”
— “Estoy solo tomando decisiones que no sé si tienen sentido.”
…entonces quiero que sepas que, si estás hasta las narices de improvisar, lo que se está cociendo te va a devolver el hambre.
Del bueno.
Del que te hace volver a tomar decisiones de verdad.
Nada más.
Ese “algo” en el que estoy trabajando va por ahí.
Solo quiero que sepas esto, que estoy en ello.
Que el Jordi de ahora está construyendo lo que el Jordi de antes necesitaba como el comer.
Y que si tú estás en ese punto, solo que no sabes ponerle palabras…
Tranquilo.
Pronto entenderás de qué va todo esto.
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