No hay duda de que sabes mucho.
Te lo digo porque, si tienes dudas, deja de tenerlas.
Y no es peloteo barato, ojo.
Sabes que tengo razón porque lo has vivido.
Porque llevas años currando, formándote, leyendo, aplicando.
Has ayudado a colegas.
Has respondido dudas en grupos.
Te han dicho mil veces “tío, tú deberías cobrar por esto”.
No me equivoco, y lo sabes.
Lo que también sabes es que tienes algo que dar.
Sin embargo, ese no es el problema.
El verdadero problema es que no sabes cómo venderlo.
No sabes cómo ordenar lo que sabes.
Ni cómo convertirlo en algo que la gente entienda, valore y compre.
Y no te culpo.
Nadie te ha enseñado a empaquetar tu experiencia bajo un producto tan cojonudo que no puedan rechazar.
Así que haces lo que hace la mayoría ahí afuera:
- Te pierdes en mil ideas.
- Abres un documento en blanco y intentas sintetizar algo.
- Empiezas una web.
- Te abres veinte perfiles en RRSS infernales.
- Cambias el nombre del proyecto 3 veces.
Y acabas con mil documentos y cero ventas.
Hasta que un día te preguntas si el problema eres tú.
Respuesta: no lo eres.
El problema es que no tienes estructura.
Tienes talento, experiencia y algo que puede cambiarle la vida a alguien.
(El primero a ti)
Pero no sabes convertirlo en una oferta clara, vendible y deseable.
¿La buena noticia?
Que eso, como todo en la vida, se puede aprender.
En mi newsletter te enseño a pillar todo lo que sabes y transformarlo en una oferta que se entienda, que ayude y que se venda.
Sin inventos y sin parecer otro fulano más con un curso de 37 lecciones y cero alma.
Solo una estructura clara, directa y salvajemente funcional.
De esas que te hacen decir: hostia, ahora sí.
Entonces, hay una cosa que debes entender ahora mismo.
Que si sabes cosas, pero no vendes nada, lo que te cuento en el enlace de ahí abajo puede cambiarlo todo.
Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.
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