En este email te voy a romper los esquemas de lo que sea que vendas en tu negocio.
Pero antes, déjame preguntarte algo.
¿Has sentido alguna vez que tu negocio es un tetris imposible?
Me refiero como si fuera un frankenstein, un puzzle inacabado de mil piezas, mil ideas, y ninguna encaja.
¿Sí?
Entonces me entenderás bien.
Porque así mismo estaba yo en 2018.
Acababa de lanzar mi primer negocio, el de las membresías.
En ese momento ofrecíamos solo servicios, consultoría tecnológica.
Pero tenía un batiburrillo de ofertas que no había ni por dónde cogerlas
Además, como vendía temas técnicos, ahí estaba yo, quemado, tratando de explicar cosas complejas a gente que solo quería soluciones.
Un infierno.
Caos total.
Un día decidí que eso se acabó.
Nos dejamos ayudar por gente que sabía lo que hacía, que ya había recorrido el camino.
¿Y sabes qué hice?
Cargarme el 90% de productos y dejar solo dos.
Un producto principal, de precio alto y otro de continuidad en forma de membresía.
Simple, clara, directa al grano.
¿Resultado?
En 2019 vendí tres veces más que en 2018.
Y, de paso, dejé de sentir que mi vida era un puto circo de tres pistas.
El truco es viejo, pero oro puro para el que lo sabe aplicar:
Menos es más.
No necesitas un catálogo interminable que marea. Nadie quiere eso, hazme caso.
Solo necesitas una propuesta tan buena que la gente diga: «Joder, esto es para mí».
Algo que resuelva un dolor gordo, sin rodeos.
Y que se entienda en un vistazo.
Pero ojo.
Simplificar no es cortar por lo sano y cruzar los dedos a ver qué pasa.
Eso es para novatos.
Si lo haces mal, te cargas el negocio.
Si lo haces bien, te liberas.
Hay un método detrás.
Un método que te explico en mi newsletter.
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