Es sábado. Café y calma.
Bien.
NSL ya no se puede comprar.
Y sí, he recibido comentarios en plan:
“¡Jordi, cabrón, cómo lo vas a cerrar!”
O el mítico:
“Me despisté y se me pasó, ¿lo vas a abrir otra vez?”
No falla.
La respuesta es no.
Lo avisé durante toda la semana.
Los que quisieron aprovecharlo, lo aprovecharon.
Ahora dentro hay el número de personas que puedes ver si vas a la carta de ventas.
Y si te lo preguntas, sí. El número de alumnos siempre ha estado ahí visible.
Lo único es que ahora esos dígitos ya no se moverán durante una buena temporada.
En todo caso, no escribo esto para justificar nada.
Tampoco, para darte lecciones.
Te escribo porque quiero preguntarte algo.
Ahora que NSL ya no está encima de la mesa…
¿Qué necesitas?
De verdad, ¿qué necesitas?
No me digas “motivación” ni “claridad”, que eso ya lo sé.
Dime qué te quita el sueño ahora.
Dime qué parte de tu negocio no sabes cómo sostener.
Dime qué decisión estás evitando.
Qué cosa tienes pendiente desde hace meses.
Qué parte del caos ya no sabes ni por dónde cogerla.
Dímelo aunque no sepas ponerle palabras bonitas.
Yo tampoco siempre sé.
Pero cuando alguien me lo dice tal cual, aunque sea en una frase mal hilada, yo entiendo perfectamente lo que quiere decir.
Y si puedo ayudarte, lo haré.
Porque aunque ahora NSL esté cerrado, eso no significa que no estés caminando hacia algo.
Ni que yo me haya ido a ninguna parte.
Al contrario.
Se están cocinando cosas interesantes por aquí (atento si eres alumno…)
Y si me cuentas por dónde vas tú… quizá nos encontremos en el camino.
¿Cómo contármelo?
Fácil, apuntándote gratis ahí abajo:
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