¿Cuántas formaciones has hecho en los últimos dos años?
En serio, ¿cuántas?
¿Y cursos?
No te dejes ninguno.
El de productividad.
Cuenta el de funnels.
El de marca personal.
El de RRSS infernales.
El de cómo vender con webinars.
¿Y cuántas mentorías has contratado?
La de dos mil pavos que no acabó.
La del gurú que no te dijo nada que no supieras.
La que te recomendó tu amiga encantada, pero que a ti no te funcionó.
¿Y luego me dices que estás confundido?
¿Que no tienes claro por dónde tirar?
¿Que se te amontonan las ideas?
Qué esperabas, hijo mío.
Estás tan hecho a piezas que ni Frankenstein en sus mejores tiempos.
Normal que creas que el problema eres tú.
Que te falta disciplina, foco, confianza.
Que si fueras más “pro”, ya estarías vendiendo.
Sin embargo…
No.
El problema no eres tú.
El problema es que todo lo que has hecho hasta ahora te ha llenado la cabeza, te ha vaciado los bolsillos y no te ha dado dirección.
Sabes mucho.
Has hecho mucho.
Pero no lo tienes ordenado.
Y si no hay orden, no hay claridad.
Y sin claridad, no hay acción.
Y sin acción, no hay ventas.
Y sin ventas, ya sabes.
Por eso no necesitas más cursos.
Necesitas un sistema.
Insisto, lo que necesitas es un sistema.
Uno que empiece por el principio.
Y que no te suelte hasta que tengas algo montado y vendiendo.
Algo que desde el minuto 1 te diga: haz esto hoy, mañana esto otro… y pasado empiezas a vender.
Y por eso, en mi newsletter te ayudo a elegir un nicho rentable y viable para ti.
No para cualquiera.
Para ti.
Desde el minuto uno.
Porque cuando tienes eso claro, todo lo demás simplemente sucede.
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